Un aspecto clave en la eficiencia y combustión del motor de cualquier vehículo es la regulación de la temperatura. Como sabemos, el circuito de refrigeración mantiene y regula esta temperatura óptima en todo momento independientemente de las circunstancias y la temperatura ambiental. Y para esta importante labor es necesario, entre otros componentes, el termostato , encargado de bloquear o permitir el caudal de refrigerante hacia el radiador.
En el artículo de hoy conocemos a fondo su sencillo pero necesario mecanismo y descubrimos los cuatro elementos clave de este pequeño pero esencial componente.
Funcionalidad y mecanismos del termostato
Entre las principales funciones del termostato están la de acelerar el calentamiento del motor bloqueando la refrigeración y la de regular su temperatura abriendo y cerrando su mecanismo en función a la temperatura requerida para mantener el motor en su estado óptimo.
Para ello, existen diferentes tipos de termostatos según la aplicación del vehículo. Y su mecanismo difiere de unos a otros.
- Termostatos de fuelle
Formados por un fuelle con forma circular, se caracterizan por contener en su interior alcohol y así accionar su mecanismo mediante la volatilidad de los alcoholes y no mediante la dilatación de un líquido.
Cuando el líquido refrigerante alcanza una temperatura elevada, el alcohol se evapora y hace que se expanda el fuelle para dejar paso al líquido.
- Termostatos de cápsula
Su principal componente es una cera encapsulada, térmicamente expansiva y en permanente contacto con el líquido refrigerante. Su mecanismo se basa en la dilatación.
Al alcanzar una temperatura concreta, esta cera se funde y expande la cápsula, abriendo la válvula que da paso al líquido refrigerante. Al enfriarse, se contrae de nuevo cerrando el mecanismo.
- Termostato electrónico
Regulados por la unidad de control del motor, estos termostatos accionan su mecanismo según las necesidades del motor del vehículo.
Entre sus principales beneficios, ayudan a reducir el consumo de combustible y las emisiones contaminantes al mejorar la eficiencia del motor.
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Elementos clave del termostato
Las partes básicas de un termostato son:
- Cuerpo del termostato: incluye una válvula unida a un pistón.
- Brida: situada en el cuerpo del termostato.
- Muelle o resorte: mantiene a la válvula cerrada cuando el líquido refrigerante no está caliente.
- Elemento de cera: núcleo del termostato.
Para evitar que el aire quede atrapado y genere puntos calientes, la mayoría de los termostatos tienen algún tipo de válvula de retención que permite que el aire pase a través y se libere.
Averías del termostato
Generalmente, entre los problemas que encontramos en un termostato están los relacionados al atasco. Esto puede ser:
- Atasco en la apertura del termostato.
En este caso el motor del vehículo funciona en frío. Es decir, no es capaz de almacenar el líquido refrigerante para llevarlo a la temperatura óptima, lo que genera además un funcionamiento ineficaz del motor y en consecuencia un consumo excesivo de combustible.
- Atasco en el cierre del termostato.
Debido al bloqueo de la circulación del flujo, el líquido refrigerante no es capaz de llegar al radiador por lo que no puede enfriarse el motor. Esto puede provocar un sobrecalentamiento además de daños en la culata y la junta de la culata.
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Todos ellos son termostatos integrados que ajustan el flujo de refrigeración hacia el radiador, decidiendo cuándo y cómo se agrega el calor. La gran mayoría de nuestras referencias son de tipo electrónico (map-controlled). También contamos con termostatos integrados que montan directamente en la bomba de agua y se pueden adquirir en formato kit.
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