La temperatura del coche sigue siendo un aspecto clave a tener en cuenta a la hora de garantizar el rendimiento de un vehículo a corto, medio y largo plazo. Cuando nos referimos a temperatura no significa la temperatura dentro de los cilindros, sino en el propio sistema de refrigeración del motor. 

Tanto los factores internos (como averías o componentes defectuosos del motor) como los externos (el clima frío) pueden tener un impacto sobre el calentamiento de su vehículo especialmente en la fase de arranque. 

Afortunadamente, existen algunos indicadores y pautas de mantenimiento que ayudarán a comprender el estado de la temperatura del motor del automóvil y los posibles problemas asociados con ella. Sigue leyendo para averiguarlo.

 

¿Cómo funciona la gestión térmica del motor?

 

Los rangos de temperatura promedio pueden variar según las condiciones y operaciones del vehículo (por ejemplo, pueden cambiar si el aire acondicionado está funcionando). Independientemente de su forma de combustión, este promedio suele ser de entre 80 y 100 grados.

Si nos encontramos ante un motor que tiende a sobrecalentarse esto podría generar averías más graves como que los cilindros y los anillos de pistón acaben por perder su sello hermético. Por el contrario, si unos 15 minutos después de iniciar la marcha, la temperatura del coche no llega a su punto idóneo, existe un problema: cuando el motor no es capaz de alcanzar su temperatura, esto repercutirá en un mayor desgaste y un mayor consumo de combustible y aceite. 

Hay una serie de componentes del sistema que garantizan la temperatura óptima de funcionamiento de un motor. Estos son:

  • Refrigerante
  • Termostato
  • Bomba de agua
  • Radiador
  • Ventilador del radiador

Este conjunto forma parte del sistema de refrigeración, esencial para el motor, encargado de mantener constante su temperatura y que muchas veces pasa desapercibido para el conductor. Lo cierto es que con una simple revisión puede garantizar el buen estado del motor del coche y el funcionamiento correcto de todo el sistema.

 

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Cómo detectar problemas de temperatura del coche: los puntos clave

 

Líquido refrigerante del motor: ¿hay suficiente?

 

El líquido refrigerante del motor, conocido comúnmente como anticongelante, generalmente está compuesto de una mezcla 50/50 de anticongelante y agua desmineralizada, y es responsable de proteger el motor de la congelación, el sobrecalentamiento, así como de la corrosión.

Para su reemplazo, siempre es recomendable consultar el manual de mantenimiento del vehículo, aunque por norma general es preciso realizar el cambio del líquido refrigerante cada 40.000 kilómetros o cada dos años.

Ciertas condiciones pueden hacer que se deteriore o que sus niveles sean inadecuados.

Los niveles bajos de refrigerante pueden ocurrir debido a fugas internas o externas. En este caso, podrían ser responsables del sobrecalentamiento del motor. Esta es la razón por la cual su nivel debe revisarse de forma periódica. Para ello, sitúe el coche en una superficie llana y, una vez esté el motor frío, busque el depósito o vaso de expansión para comprobar que los niveles se encuentran entre las líneas de “máximo” y “mínimo”.

 

Inspeccione el termostato

 

Los termostatos en el sector de la automoción son un elemento pequeño pero esencial que consiste en una válvula entre el motor y el radiador y se encarga de regular y dirigir el flujo de refrigerante. Para hacerlo, abren o cierran una válvula dependiendo de las condiciones del motor: la válvula se abrirá cuando la temperatura del automóvil esté en su punto más álgido, dejando entrar el flujo de refrigerante y evitando así que el motor se sobrecaliente.

Como consecuencia, si el termostato quedará constantemente en posición abierta y no funcionase correctamente, la temperatura del motor podría ser insuficiente y la efectividad del sistema de refrigeración quedaría comprometida. En este caso, el termostato debe ser reemplazado.

Para comprobar el termostato, primero asegúrese de que el motor esté frío. Luego retire la tapa del radiador para verificar el refrigerante y tras ello arranque el motor del vehículo. Al principio, no debería fluir ya que el motor no ha alcanzado la temperatura de funcionamiento. Sin embargo, si pasados unos minutos el refrigerante no comienza a fluir, significa que el termostato está en una posición cerrada y podría estar averiado.

 

Radiador defectuoso

 

Un radiador obstruido impedirá el flujo de refrigerante, evitando que el calor se disipe al exterior. El resultado directo de esto es el sobrecalentamiento del motor.

Para verificar el estado del radiador, primero asegúrese de que el motor esté frío. Retire la tapa del radiador y compruebe si se han acumulado residuos dentro y fuera del radiador. Las obstrucciones internas necesitarán un reemplazo del radiador, mientras que los bloques externos se pueden limpiar con aire comprimido.

Por otro lado, si el motor se sobrecalienta, pero el refrigerante aún fluye a través del radiador, la causa podría estar originada en una bomba de agua defectuosa o fugas en el circuito.

 

El corazón del sistema: la bomba de agua

 

La bomba de agua representa un elemento clave en la gestión térmica de un motor, ya que es la encargada de hacer circular el líquido refrigerante por el circuito de refrigeración.

Hay dos señales claras que indican que una bomba de agua está averiada: principalmente la presencia de signos de fuga bajo el motor y también ruidos chirriantes o agudos. Esto significa que probablemente necesitará un reemplazo.

Otras formas de detectar una bomba de agua defectuosa incluyen:

  • Comprobar si el líquido refrigerante circula con normalidad y no está obstruido en ningún punto del circuito. Sin embargo, como hemos visto anteriormente, esto también podría estar relacionado con un termostato defectuoso, por lo que también se debe considerar esta posibilidad.
  • Una inspección visual de la bomba de agua puede revelar signos de fuga, como pistas verdes o blancas, así como humedad o corrosión.

 

Siga leyendo: La importancia de utilizar un refrigerante adecuado 

 

Mejores prácticas para calentar su vehículo en invierno

 

El frío no suele ser un aliado para la mayoría de las componentes del automóvil. Y aunque existen muchos mitos acerca de calentar de forma más rápida o eficaz el motor de nuestro vehículo, lo cierto es que la mejor forma de atemperar adecuadamente el coche es calentar el motor solo el tiempo justo y necesario para que el coche resulte cómodo y seguro en su conducción. Por ello, desde Dolz aconsejamos las dos siguientes prácticas:

  1. Una vez incorporados dentro del vehículo, encienda el vehículo durante 30 segundos, el tiempo justo que necesitan la mayoría de los vehículos de menos de 30 años de antigüedad.
  2. Una conducción constante y suave durante los primeros kilómetros de la marcha y trabajar la mecánica sin acelerones bruscos. Con ello obtendremos una proporción adecuada de aire y carburante, evitando el exceso de combustible.

Estas son dos decisiones clave para garantizar que un motor se caliente de forma progresiva y eficiente.

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