Es conocido por todos que el sobrecalentamiento del vehículo puede ocasionar daños irreparables en el motor. Debido a este sobrecalentamiento en las diferentes áreas del motor, estas se expanden y contraen llegando a formar grietas por las que se genera una fuga, lo que supone una pérdida en el rendimiento y más tarde en la necesidad de reparar una avería en nuestro vehículo.
Para evitar que los motores se sobrecalienten, los turismos y camiones con motores de combustión interna incorporan un sistema de refrigeración clave que hace circular el líquido refrigerante desde el radiador hasta el bloque del motor del vehículo. Pero ¿qué papel exactamente juega el líquido refrigerante en este ciclo?
¿Qué relación tiene el refrigerante con la bomba de agua?
El líquido refrigerante, también conocido como anticongelante, es el líquido que fluye a través del motor de un vehículo para mantener la temperatura en su punto óptimo. Evita que el radiador se congele debido al frío extremo y se sobrecaliente cuando se de calor extremo.
En otras palabras, es la mejor forma de refrigeración del motor debido al hecho de que el propio líquido transfiere el calor de manera más eficiente y silenciosa que el aire. Sin embargo, existen muchos líquidos refrigerantes diferentes, cada uno de ellos con características y fórmulas distintas.
Seleccionar el refrigerante correcto y evitar la mezcla de dos tipos incompatibles garantizará las mejores prácticas para el rendimiento del sistema de refrigeración de un vehículo.
En áreas donde el líquido circula de forma elevada y las fluctuaciones de presión son fuertes, los inhibidores del refrigerante son los encargados de proteger el motor contra la corrosión y los daños. Por lo tanto, solo el refrigerante adecuado cumplirá su misión de regulación de temperatura.
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Efectos del uso inadecuado del refrigerante
El líquido refrigerante está específicamente formulado para mantener el tipo de motor designado funcionando correctamente en temperaturas extremas. Por ello, un uso inadecuado puede provocar las siguientes complicaciones:
- Generación de depósitos y residuos de corrosión sólidos que pueden generar taponamientos.
- Generación de sólidos en suspensión provocados por la agitación del flujo de la bomba de agua; conduciendo a un desgaste abrasivo y provocando fugas.
- Daño eventual de los componentes del vehículo, no solo al motor sino a otras partes centrales como la bomba de agua, las mangueras del radiador o la junta de la culata de cilindros.
- Sobrecalentamiento fatal y avería de la bomba de agua, esencial para el funcionamiento y el rendimiento del vehículo.
¿Cómo escoger el tipo de refrigerante correcto?
Un refrigerante adecuado se determinará no solo por el tipo de vehículo, sino también por el clima y la región donde se conduzca habitualmente el vehículo. La proporción de agua y anticongelante, por ejemplo, suele ser una mezcla del cincuenta por ciento, aunque en condiciones climáticas extremadamente frías, el porcentaje óptimo de anticongelante puede elevarse alrededor del sesenta y cinco por ciento.
Los motores están hechos de diferentes materiales, como aleación de aluminio o hierro fundido, por lo que diferentes refrigerantes funcionan mejor con unos motores que otros en particular. Por lo tanto, un punto clave para una elección segura es utilizar el tipo de refrigerante recomendado por el fabricante de su vehículo; cada tipo de motor tiene unas necesidades específicas.
Elegir el refrigerante correcto también requiere considerar su condición. Los refrigerantes tienen fecha de caducidad, aunque tienden también a deteriorarse. Por tanto, asegúrese de rellenar el circuito de refrigeración con un refrigerante nuevo.
Por último, pero no menos importante, NUNCA intente mezclar distintos refrigerantes, ya que existe la probabilidad de que se contrarresten entre sí.
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